viernes, 14 de agosto de 2009

como evaluar la catequesis

Cómo evaluar en la catequesis.
La evaluación del aprendizaje de los alumnos, no consiste sólo en aplicar un examen y poner una calificación...


Cómo evaluar en la catequesis.
Introducción

Un examen de conciencia...

• Es un momento para analizar de cara a Dios, y con mucha sinceridad, el desempeño de nuestra vida.

• Es un momento de oración para dar gracias a Dios por todos los beneficios que hemos recibido de Él y examinar cómo hemos vivido Su voluntad, analizando aspectos positivos y negativos, las actitudes internas y nuestra relación con Dios y con los hombres.

• Es el momento de pedir confiadamente ayuda al Espíritu Santo para que nuestro amor a Dios crezca y poder dar una mejor respuesta al Amor de Dios.

• Es el momento de hacer un propósito concreto para mejorar aquello en lo que hemos fallado, pidiendo al Espíritu Santo la fortaleza necesaria para lograrlo.

La labor de evaluación debe ser como un examen de conciencia

La evaluación no consiste solamente, como muchos piensan, en aplicar exámenes a los alumnos y llevar el registro de sus calificaciones.

El catequista no debe olvidar nunca, que la evaluación debe ser una actividad de reflexión de cara a Dios, un auténtico examen de conciencia sobre su labor de la enseñanza de la fe, que lo llevará paulatinamente, a un perfeccionamiento y un mayor profesionalismo en su trabajo.

Los resultados de las evaluaciones de los alumnos deben llevar al catequista a un análisis profundo sobre su labor como educador en la fe.

Ahora bien, la evaluación debe ser también un proceso sistemático y ordenado que brinde al catequista elementos objetivos para juzgar su desempeño, y que esto lo lleve a tomar decisiones para mejorar su labor como apóstol y educador en la fe.

Es aquí donde reside la riqueza de la evaluación, pues nos ayuda y brinda elementos para poder mejorar.

Este material pretende ser una ayuda práctica en esta labor, brindando medios concretos para poder evaluar sistemática y objetivamente el desempeño tanto del alumno, como del maestro.

CONTENIDO:

1. Evaluando la labor del profesor
2. Evaluando el desempeño de los alumnos
3. Los objetivos específicos en la formación católica
4. Cómo evaluar en Formación Católica
5. Elaboración de exámenes de catequesis
6. Conclusión


NATALIA RUIZ

miércoles, 5 de agosto de 2009

el sacramento de la confirmacion

¿Que es el Sacramento de la Confirmación?
Qué es la confirmación, cómo y cuando se instituyó y la materia y la forma de la misma



¿Que es el Sacramento de la Confirmación?
El sacramento de la Confirmación es uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.

En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación nos convertimos en cristianos maduros y podremos llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser testigos de Cristo.

El día de Pentecostés – cuando se funda la Iglesia – los apóstoles y discípulos se encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban temerosos, no entendían lo que había pasado – creyendo que todo había sido en balde - se encontraban tristes. De repente, descendió el Espíritu Santo sobre ellos –quedaron transformados - y a partir de ese momento entendieron todo lo que había sucedido, dejaron de tener miedo, se lanzaron a predicar y a bautizar. La Confirmación es “nuestro Pentecostés personal”. El Espíritu Santo está actuando continuamente sobre la Iglesia de modos muy diversos. La Confirmación – al descender el Espíritu Santo sobre nosotros - es una de las formas en que Él se hace presente al pueblo de Dios.

Institución

El Concilio de Trento declaró que la Confirmación era un sacramento instituido por Cristo, ya que los protestantes lo rechazaron porque - según ellos - no aparecía el momento preciso de su institución. Sabemos que fue instituido por Cristo, porque sólo Dios puede unir la gracia a un signo externo.

Además encontramos en el Antiguo Testamento, numerosas referencias por parte de los profetas, de la acción del Espíritu en la época mesiánica y el propio anuncio de Cristo de una venida del Espíritu Santo para completar su obra. Estos anuncios nos indican un sacramento distinto al Bautismo. El Nuevo Testamento nos narra como los apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, iban imponiendo las manos, comunicando el Don del Espíritu Santo, destinado a complementar la gracia del Bautismo. “Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran al Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían al Espíritu Santo”. (Hech. 8, 15-17;19, 5-6).

El Signo: La Materia y la Forma

Dijimos que la materia del Bautismo, el agua, tiene el significado de limpieza, en este sacramento la materia significa fuerza y plenitud. El signo de la Confirmación es la “unción”. Desde la antigüedad se utilizaba el aceite para muchas cosa: para curar heridas, a los gladiadores de les ungía con el fin de fortalecerlos, también era símbolo de abundancia, de plenitud. Además la unción va unido al nombre de “cristiano”, que significa ungido.

La materia de este sacramento es el “santo crisma”, aceite de oliva mezclado con bálsamo, que es consagrado por el Obispo el día del Jueves Santo. La unción debe ser en la frente.

La forma de este sacramento, palabras que acompañan a la unción y a la imposición individual de las manos “Recibe por esta señal de la cruz el don del Espíritu Santo” (Catec. no. 1300) . La cruz es el arma conque cuenta un cristiano para defender su fe.